El retorno del tribalismo
Mientras el populismo de izquierdas propugna los derechos de todos a instalarse donde quieran, el populismo de derechas, basta con oír a Trump, se esfuerza por limpiar a sus países de todos los advenedizos
Mucho más lamentable es la deriva secesionista de algunos, que condenaría a las regiones aisladas a un atraso sin más contrapeso que sus bucles melancólicos de realidades imaginarias
Con raíces más comunes de las que pretenden negar, los grandes recepcionistas de las incertidumbres actuales son el nacionalismo, el comunismo y el fascismo
El riesgo de las recesiones económicas, cuando son profundas y generalizadas, es que pierden fuerza los argumentos de racionalidad económica que ha propiciado el fenómeno de la globalización, los cuales pueden ser laminados por las medidas proteccionistas inspiradas en el miedo de una sociedad angustiada.
El retorno del tribalismo.
Mientras el populismo de izquierdas propugna los derechos
de todos a instalarse donde quieran, el populismo de derechas, basta con oír a
Trump, se esfuerza por limpiar a sus países de todos los advenedizos
Mucho
más lamentable es la deriva secesionista de algunos, que condenaría a las
regiones aisladas a un atraso sin más contrapeso que sus bucles melancólicos de
realidades imaginarias
Con
raíces más comunes de las que pretenden negar, los grandes recepcionistas de
las incertidumbres actuales son el nacionalismo, el comunismo y el fascismo
El
riesgo de las recesiones económicas, cuando son profundas y generalizadas, es
que pierden fuerza los argumentos de racionalidad económica que ha propiciado
el fenómeno de la globalización, los cuales pueden ser laminados por las
medidas proteccionistas inspiradas en el miedo de una sociedad angustiada.
Hurgando
en las incertidumbres que se generan en la sociedad actual, Donald Trump
prometió en su campaña electoral construir un muro fronterizo con México,
responsabilizando a sus vecinos del Sur de provocar un gasto de cientos de
miles de millones para atender servicios de salud, educación, seguridad social
o vivienda que reciben los indocumentados, haciendo constar que millones de
extranjeros sin papeles son detenidos en EEUU por delitos de narcotráfico,
asesinatos o violaciones.
Con
la misma filosofía excluyente, el nuevo presidente americano está empeñado en
que las grandes empresas automovilísticas (Ford, Toyota, Volkswagen, Nissan,
Audi, BMW o General Motors) instalen sus fábricas en suelo de la Unión,
imponiendo tasas de entre el 35 y el 45 % a las importaciones fabricadas en
China o México.
Cuando
el trabajo escasea, la primera medida proteccionista es cerrar fronteras con
rigurosas exigencias para quienes deseen instalarse en un país determinado. Es
justamente lo contrario de lo que, desde la izquierda, con su buenismo
primario, se propugna. Quizás ello explique que el populismo excluyente sea
cada vez más respaldado en los barrios obreros de Francia o Alemania y en las
poblaciones de la América profunda.
No obstante, el reto del momento es buscar el equilibrio
entre una economía globalizada y el respeto a los derechos básicos de las
personas. Abrir las puertas sin control es, a la larga, mucho
más injusto y degradante que controlar los flujos humanos, porque la avalancha
termina originando mayores problemas de los que se pretenden evitar.
Es curioso, pero mientras el populismo de izquierdas
propugna los derechos de todos a instalarse donde quieran, el populismo de
derechas, basta con oír a Trump, se esfuerza por limpiar a sus países de todos
los advenedizos. Son las dos caras de la
misma moneda: unos generan el problema y otros se esfuerzan en arreglarlo por
las bravas.
Como
dice Alain Minc, el
populismo, en el fondo, deriva de una sociedad angustiada que busca
desesperadamente un punto de coherencia donde agarrarse. Ello explica el respaldo que planteamientos
proteccionistas están teniendo, alarmados los ciudadanos con invasiones
externas de todo tipo que, no sólo les privan de empleos sino, además, ponen en
riesgo su seguridad.
Si la
economía mundial supera la crisis y se aleja de la recesión, la realidad
superará estos ensayos que, de otra forma, supondrían el retorno al tribalismo
y al proteccionismo. Porque las pretensiones de Trump serían contarrrestadas
por otras de autodefensa que impondrían sus posibles competidores. Es la lógica
de mentalidades y de ideologías simples.
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