De momento su investidura parece bloqueada en el Tribunal Supremo.O eso quieren hacerle creer -la verdad es otra- quienes usan como moneda de cambio el horizonte judicial de sus antecesores
A estos efectos, en medios judiciales y en los círculos mejor informados del PSOE se tiene el convencimiento de que los dos históricos dirigentes socialistas serán exculpados. Pero también es mayoritaria la impresión de que, en el plano político, ellos mismos darán el paso atrás cuando se produzca esa resolución exculpatoria para que su salida sea “digna. ¿¿???”
http://blogs.elconfidencial.com/espana/al-grano/2015-04-15/susana-diaz-inestable-y-bloqueada_759844/
Susana Díaz, inestable
y bloqueada
De momento su
investidura parece bloqueada en el Tribunal Supremo.
O eso quieren hacerle
creer -la verdad es otra- quienes usan como moneda de cambio el horizonte
judicial de sus antecesores
La víspera de la
constitución del Parlamento andaluz confirma el estupor de quienes
nunca entendimos el alborozo los socialistas en la noche electoral del pasado
22 de marzo. Más allá de celebrar el mal
ajeno (desplome del PP), lo cierto es que obtuvieron los peores resultados de
su historia, perdieron 120.000 votos respecto a los comicios de 2012 y sumaron
más elementos de inestabilidad de los que había antes del absurdo adelanto
electoral.
No menos absurdo es el
minuto y resultado del partido que juega Susana Díaz para repetir en la presidencia
de la Junta. Sólo ella tiene prisa. De momento, su investidura parece bloqueada en el
Tribunal Supremo. O eso quieren hacerle creer –la verdad es otra– quienes usan como
moneda de cambio el horizonte judicial de sus antecesores, Manuel Chaves y José
Antonio Griñán. Incluida la propia Díaz
(47 escaños), que se remite a una eventual imputación del Alto Tribunal para
decretar el desahucio político de ambos y cumplir así la condición impuesta por
Podemos (15 escaños) y Ciudadanos (9 escaños) para posibilitar la investidura
por mayoría simple. Bastaría la abstención de ambos partidos, después de constatarse el
primer frenazo (mayoría absoluta), previsto para dentro de dos semanas.
Es un decir, porque el
escenario lo han zarandeado los chicos de Podemos al precisar que, digan lo que
digan los jueces, ellos seguirán reclamando la dimisión de Chaves y Griñán como
una de las tres condiciones exigidas para abstenerse en la investidura. No les
importa lo que pueda aportar el paso de los dos expresidentes de la Junta por
el Supremo. Su juego es otro. El de Podemos y el del resto de los partidos en liza (PP,
Ciudadanos e IU). No se retratarán de ninguna manera antes de las elecciones
territoriales del 24 de mayo, aún dentro de los dos
meses de plazo legal para repetir las elecciones si Díaz no sale investida en
una enésima votación por mayoría simple.
Pero entonces se habrán repartido nuevas cartas (ayuntamientos y autonomías),
con márgenes y ámbitos de negociación ampliados. La investidura de Díaz
será entonces una carta más de la baraja.
Hasta ese momento será
un tiempo de espera para una presidenta inestable, bloqueada y reprendida (a Felipe González no le gusta que cuestione a
Pedro Sánchez). Con los regates en corto que se producirán mañana en la constitución
del Parlamento (se elige al presidente de la Cámara y miembros de la Mesa). Y
con la mirada puesta en el Tribunal Supremo, donde el juez Barreiro se afana por determinar si de la
exposición razonada de la jueza Alaya y las voluntarias declaraciones de Griñan
y Chaves se desprende alguna responsabilidad penal.
A estos efectos, en medios judiciales y en los círculos
mejor informados del PSOE se tiene el convencimiento de que los dos históricos
dirigentes socialistas serán exculpados.
Pero también es mayoritaria la impresión de que, en el plano político, ellos
mismos darán el paso atrás cuando se produzca esa resolución exculpatoria para
que su salida sea “digna”.
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