jueves, 26 de marzo de 2015

La Administración paralela, en estado puro. La historia de la tal Sabalete no termina con su detención y con esta grabación. Continúa hoy mismo, día a día, en todas las consejerías de la Junta de Andalucía, que sigue manteniendo unos entes y unos trabajadores que no están para servir a los ciudadanos sino al partido del Gobierno; es el brazo ejecutor de la corrupción y sin amputarla, la sangría de la corrupción pervivirá.

La Administración instrumental y paralela = La Junta colabora, con quien colabora.




La grabación difundida en estos días descubre las entrañas de la llamada Administración Paralela de la Junta de Andalucía. En ese audio se puede oir cómo una alto cargo de la Junta (Delegada de la Consejería de Empleo de Jaén), detenida recientemente, junto a otros 15 sociolistos, entre altos cargos y exaltos cargos, les dice a un grupo de directores de las UTEDL (Unidades Territoriales de Empleo y Desarrollo Local y Tecnológico) que tienen que hacer “campaña electoral” por el PSOE ( se refiere a la elecciones de 2012 en Andalucía), que del triunfo de este partido depende la continuidad en sus puestos, así como la del resto del personal de los ALPES (Agentes Locales de Promoción de Empleo) y de los Consorcios, que se olviden de la gestión y salgan a la calle como si fueran “Testigos de Gehová”.

Puedes oirlo, si no lo has hecho ya, en :,:https://www.youtube.com/watch?v=mhZ6NODIp2I




El audio en cuestión no tiene desperdicio y escuchándolo sobran las palabras. Sin embargo sí habría que decir un par de cosas:

1.No estamos ante la iniciativa particular de una forofa sociolista, hija, además, de un alcalde socialista. ¡Ya estamos con la familia, como no!. Casualidades tiene la política... Esta hija de cargo socialista está transmitiendo instrucciones recibidas del mismísimo Consejero. Y es presumible que éste, a su vez, del Consejo de Gobierno, con su presidente (Griñan en ese momento) a la cabeza.

2.Tampoco estamos ante un hecho aislado. Da náuseas imaginar cuantas veces se habrá repetido el mismo, o parecido hecho, en cualquiera de las muchas dependencias de los muchos entes que forman esa administración, la paralela, gestada para mantener en el poder, manejando los dineros andaluces, españoles y europeos, a la casta sociolista. Cuántas veces, con cuánta gente y en cuántos asuntos habrá sucedido un episodio caracterizado en última instancia por el más descarnado chantaje: Colabora con nosotros o mañana no estarás aquí.

Pues esto es, señores, la administración paralela, esa que venimos denunciando un puñado de funcionarios, un puñado de predicadores del desierto, desde hace años. Aquí está en su cruda realidad, en su más prístina esencia: “Entiendo que sois leales al Gobierno...”. ¿Leales al Gobierno?. Perdona querida Sabalete, y perdónenme todos y todas los/las Sabaletes que hay en la Junta, te voy a hablar de algo de lo que tú no tienes ni pajolera idea: la lealtad de cualquier empleado será con aquel que le paga y, en este caso, tanto a tí como a tus subordinados les pagamos todos los andaluces. Todos. Por tanto la lealtad debería ser con los ciudadanos, no con el Gobierno. El problema es que tú, como toda una legión de altos cargos de tu partido, asumes que estás a sueldo de un partido y de un gobierno, y claro, consecuentemente, tus trabajadores también, por eso son “colaboradores”. Pero resulta que los trabajadores en una administración, perdón, en una administración decente, no estoy hablando de la Junta claro, no son, no pueden ser, no deben ser, “colaboradores”. Antes de meteros en la administración, queridos Sabaletes de la Junta, no deberíais haber seguido los consejos de papá Sabalete, sino los dictados de la honradez y la decencia, y una hojeadita a la Constitución, de la que sin duda tenéis alguna noticia por la televisión, esa que los que nos hemos ganado el derecho a estar en la Administración hemos tenido que conocer muy bien.

En fin. El panorama es el que es. Lo importante no es el episodio en sí mismo, con ser de por sí vergonzoso e indignante. Lo importante es lo que denota. Denota una manera de actuar, toda una forma de gestionar y sobre todo una concepción de lo que es, de lo que puede ser, una administración pública. Denota porqué el PSOE ha construido a lo largo de los años otra administración, su propia administración, con personal “colaborador” contratado a dedo, atado por tanto a seguir colaborando. Así se entiende perfectamente el desdén hacia el funcionariado, al que ningún Sabalete puede amenazar con no estar trabajando el día siguiente de unas elecciones. Así se entiende que suponga un obstáculo el carácter de permanencia que tiene la condición de funcionario, frente a la condición de “colaborador necesario” que tienen los trabajadores de todas la agencias, empresas, consorcios, y chiringuitos varios que conforman esa otra administración creada para ganar elecciones y seguir en el poder. Así se entiende el poco interés que se toman los altos cargos de la Junta en construir una administración profesionalizada, en la que los puestos de trabajo estén en relación con los méritos profesionales y en valorizar la actividad del funcionariado, en vez de ningunearle externalizando servicios. Así se entiende porqué se abusa desmesuradamente de los puestos de libre designación. Así se entiende que no exista en la Junta una adecuada organización y distribución del trabajo. Así se entienden muchas cosas...y también que al PSOE la administración, y los ciudadanos que la sustentan, le importan un bledo. Lo único que le importa es ganar las siguientes elecciones.

Actualmente esa otra administración tiene mas o menos el mismo personal que la “oficial”, la de las consejerías y delegaciones territoriales. Y en cuanto a la gestión, continúa imparable el proceso de traspaso de competencias y potestades desde la Administración General a los entes de la administración paralela. ¿Por qué será?

La historia de la tal Sabalete no termina con su detención y con esta grabación. Continúa hoy mismo, día a día, en todas las consejerías de la Junta de Andalucía, que sigue manteniendo unos entes y unos trabajadores que no están para servir a los ciudadanos sino al partido del Gobierno.



Precisamente, esa administración paralela, al margen de su contratación por exclusiva afinidad política y de su suplantación de la función pública acogida a criterios de mérito, capacidad y publicidad, es el brazo ejecutor de la corrupción. Sin amputarla, la sangría de la corrupción pervivirá. 




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