domingo, 23 de noviembre de 2014

Universidad de Málaga, agencia de colocación + "Somos lo que hacemos", no lo que decimos = Amiguismo, intereses de grupo, uso fraudulento de dinero público, impunidad: casta.

  • El centro que contrató a Errejón da empleo a familiares de sus dirigentes y a imputados; la rectora de Málaga colocó a su yerno y un imputado por los ERE en fundaciones.


Los otros fichajes.
  • Imputado en los ERE; dos yernos; la mujer del cargo.


"Somos lo que hacemos", no lo que decimos.





PUNTO DE VISTA EL 'CASO ERREJÓN'

'Somos lo que hacemos', no lo que decimos






Casta: «Una minoría endogámica que, por encima de sus diferencias partidistas, comparte un interés de grupo, en el saqueo y la impunidad». La definición la fijaba el propio Errejón en este periódico hace poco más de un mes. Sabía de lo que hablaba. Si no fuese un líder político cuyo único aval es el discurso, antes revolucionario, hoy regeneracionista, el suyo sería uno más de los casos de abuso y malversación con los que convivimos a diario. Un amigo, trabajador público, lo llama, como otras veces llamó a otros amigos que estaban en el paro, para ofrecerle un trabajo. No es una beca. Es un empleo. Lo llama a él porque sabe que necesita dinero mientras Podemos (en cuya ejecutiva estarán luego ambos integrados) se constituye en partido. Le garantiza que nadie más optará al puesto y que no tendrá que cumplir los requisitos a los que obliga el contrato: ni las 40 horas semanales presenciales en la Universidad de Málaga (él vive en Madrid) ni la entrega periódica de las conclusiones de su investigación (de las que no hay constancia más allá de las declaraciones de su amigo el profesor). La certeza de que por la gestión de ese dinero (que procede del gobierno autonómico) nadie tendrá que dar explicaciones, porque nadie las pedirá, ni siquiera les llevará a tomar las precauciones mínimas. Ni el profesor autorizará por escrito (sólo lo hará verbalmente) a que el contratado pueda abstenerse de ir al centro de trabajo, ni éste pedirá la compatibilidad para poder dedicarse (y cobrar por ello) a otra actividad, como así ha hecho. Amiguismo, intereses de grupo, uso fraudulento de dinero público, impunidad: casta.

Como es ya costumbre entre nuestra clase política, el número dos de Podemos sigue defendiendo que actuó correctamente. El pasado martes, declaró en Valladolid que «la corrupción no es un problema ético, es ya un sistema de Gobierno». Responsabilidades personales que quedan así diluidas en las colectivas. Recuerda, sin embargo, Emilio Lledó que es Aristóteles el que «formulará la primera teoría ética: somos lo que hacemos». Y «este hacer», sentencia el flamante Premio Nacional de la Letras, «que es la condición fundamental que define el sentido de un comportamiento, constituye su ontología moral». Ahora sabemos cómo actúa Errejón. Su discurso ya no es creíble.



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